Composición y origen del gas natural
Lo primero que vamos a hacer es explicarte detalladamente qué es el gas natural, una de las principales fuentes energéticas a nivel global. Como hemos comentado, el componente principal del gas natural es el metano, pero no es el único.
El metano puede constituir hasta un 97% de la composición del gas natural, y no es otra cosa que un átomo de carbono unido a cuatro de hidrógeno (CH4). Además del metano, el gas natural está compuesto por list of yemen consumer email otros hidrocarburos y gases no hidrocarburos.
¿Dónde encontramos más gas natural?
Otra de las grandes dudas en torno al gas natural es de dónde procede. En general, el gas natural se extrae directamente de yacimientos naturales petrolíferos o reservas independientes. Normalmente, se originan a través de procesos de descomposición de materia orgánica o similares, lo que hace que el gas natural tenga una densidad más baja y se quede en la parte superficial de los yacimientos.
Por esta razón, no suele necesitar ninguna transformación, y puede utilizarse sin someterlo a tratamientos previos la mayor parte de las veces. De hecho, está considerada la energía fósil menos contaminante y con mayor rendimiento energético.
Si nos fijamos en los lugares donde hay más yacimientos petrolíferos de los que se extrae el gas natural, destacan los ubicados en el Mar del Norte, Argelia y Libia. En general, y según datos del Ministerio de Energía, el 99% del gas natural que utiliza procede de 10 países distintos.
Ventajas del gas natural
Teniendo en cuenta que el gas natural constituye todavía una de las fuentes de energía principales, es interesante analizar qué ventajas ofrece con respecto a otros combustibles y vectores energéticos. Estas son las más interesantes:
Alto poder calorífico
El gas natural cuenta con un elevado poder calorífico. Y dicho potenciar se traduce en una mayor eficiencia de los sistemas de calefacción y de otros procesos que requieren de este gas. En general, la energía se optimiza mucho mejor, logrando un consumo más responsable y un ahorro más pronunciado.
Es decir, se necesita poca cantidad de gas para alimentar los sistemas de climatización, lo que se traduce en un gran ahorro en la factura energética mensual.
